El estrés es una de las enfermedades más presentes en el mundo occidental. Muchos se refieren a él como el asesino silencioso y prácticamente no existe una dolencia que no esté de alguna manera vinculada con esta respuesta que puede definirse como la forma en la que nuestro cuerpo reacciona ante los pequeños retos cotidianos y ante las situaciones excepcionales o difíciles de la vida.

Son muchas las dudas que surgen sobre este mal del siglo XXI que cada día afecta a más población de una forma global, a cuerpo y mente, en gran medida debido a nuestro estilo de vida: las prisas, la vida laboral, nuestro ritmo que en ocasiones nos exige más de lo que humanamente podemos dar…

Aquí tienes una serie de cosas que deberías saber sobre el estrés:

El estrés nos atañe a todos

El estrés cumple una función fundamental para la supervivencia y por lo tanto, todos podemos sentirnos estresados en un momento determinado. La diferencia es que algunas personas pueden lidiar con el estrés más eficazmente que otras y, además, hay diferentes tipos de estrés, aunque todos ellos conllevan riesgos para la salud física y mental.

Peces, reptiles y aves tienen el mismo mecanismo de estrés que nosotros, sin embargo no sufren las mismas consecuencias ya que están libres del elemento psicológico que genera el estrés independientemente de una amenaza real e inmediata.

Un poco de estrés es positivo

La vida está llena de situaciones que nos producen bienestar y tranquilidad, pero también de otras que nos producen tensiones e inquietud. El estrés es una reacción normal y sana de nuestro cuerpo para afrontar los retos y las situaciones complicadas. Nos aceleramos para tener la energía y la fuerza suficientes para afrontar una determinada situación. Todas las personas poseemos esta reacción y es necesaria para vivir, pero en su justa medida. Un poco de estrés es positivo, demasiado es perjudicial. Se trata de encontrar cada cual el nivel adecuado para vivir y afrontar su propia vida, pero también de preparar nuestro cuerpo para afrontarlo de la mejor manera posible a través de ciertos tratamientos corporales que nos ayudan a manejar situaciones estresantes.

El estrés a largo plazo puede perjudicar gravemente nuestra salud

El estrés puede convertirse en un problema cuando se extiende en el tiempo, llegando incluso a poder ocasionarnos graves problemas de salud.

Puede ocasionarnos diferentes reacciones como síntomas digestivos, dolores de cabeza, problemas musculares, insomnio, tristeza, ira o irritabilidad. Cuando el estrés es crónico puede dañar nuestro sistemas inmunológico y digestivo. Además, al segregar una constante cantidad de adrenalina se incrementan los riesgos de sufrir enfermedades como la diabetes y la presión arterial. También el estrés puede producir disfunción eréctil, perturbar los ciclos de menstruación y en los niños puede llegar incluso a comprometer su crecimiento.

Hay formas de manejar el estrés

Los efectos del estrés tienden a afianzarse en el tiempo, así que será necesario estar alerta y toma medidas para reducir o prevenir estos efectos. Los siguientes son algunos consejos a tener en cuenta:

  • Estar alerta ante los pequeños cambios que podamos experimentar nos ayudará a prevenir episodios más complejos.
  • Realizar ejercicio de manera regular es una forma saludable de aliviar la energía y la tensión acumuladas. El ejercicio libera unas sustancias químicas del cerebro que nos hacen sentir bien, llamadas endorfinas.
  • Realizar alguna actividad relajante como meditación, yoga, tai chi y otros ejercicios suaves.
  • Cuidar de nuestro cuerpo cuando estemos viviendo una situación estresante, bien con masajes u otros tratamientos corporales como por ejemplo la acupuntura, que nos ayudan a sobrellevar el peso de esos momentos.
  • Establecer objetivos y prioridades, decidir qué es importante y qué puede esperar hasta más tarde y aprender a decir no.
  • Mantener el sentido del humor y estar conectado con personas que nos hagan sentir bien y nos ofrezcan apoyo emocional.
  • Una buena respiración, profunda y relajada, por sí sola puede ayudarnos a aliviar el estrés.
  • Dormir bien es muy importante para que nuestro cuerpo tenga tiempo de recuperarse.
  • Comer de manera regular y equilibrada.
  • Cuidar nuestros pensamientos. Evitar las preocupaciones por cosas que no podemos controlar y tratar de disfrutar de forma positiva cada día vivido.