Las propiedades físicas y químicas del agua han hecho posible la gran importancia que ha tenido su empleo como agente terapéutico en la historia de la humanidad.

El agua es el espacio idóneo para lograr una mayor liberación del estrés y alcanzar la regulación y el equilibrio del cuerpo y la mente. Recibir una terapia en el medio acuático permite que se reduzca el peso de nuestro cuerpo, facilitando su movilidad y, con ello, la posibilidad de realizar ejercicios inimaginables sobre una camilla.

Pero las ventajas no sólo hacen referencia al plano físico. El efecto psicológico de este tipo de terapia repercute notablemente en nuestro estado de ánimo ya que meterse en el agua es totalmente motivante y estimulante, por lo que podemos experimentar un mayor bienestar psicológico que contribuye a lograr mejores resultados.

Asimismo también ayuda a tratar a personas con más edad que tienen una movilidad reducida y poca fuerza con ejercicios beneficiosos, pero imposibles de realizar si no es en una piscina. Tanto las lesiones físicas como las neurológicas mejoran bajo el agua.

 Algunos de los múltiples beneficios de la terapia acuática son los siguientes:

  • Mejora el movimiento articular
  • Proporciona más elasticidad y tono muscular
  • Ayuda a desarrollar la capacidad respiratoria
  • Aumenta la fuerza y posibilita el incremento de la resistencia
  • Alivia el dolor gracias a la acción del agua caliente y la flotabilidad y relaja los músculos
  • Elimina posibles miedos a determinados movimientos que en tierra el paciente no se atrevería a hacer
  • Reduce el riesgo de caídas
  • Mejora la relajación muscular y aumenta la circulación periférica mediante el uso de agua caliente
  • El conocimiento del cuerpo, el equilibrio y la estabilidad del tronco son estimulados por el agua caliente
  • A través de la reducción de las fuerzas gravitacionales en la piscina, la persona es capaz de ponerse de pie y comenzar el entrenamiento de la marcha y ejercicios de fortalecimiento sin causar mayores daños
  • Efectos cardiovasculares al favorecer la circulación vascular periférica
  • Estimulación del sistema inmunitario
  • Acción sedante y analgésica
  • Relajación física y psíquica, que ayuda a reducir el estrés y los estados de ansiedad
  • Mejora el bienestar general, por lo que también ayuda a los pacientes con trastornos depresivos